La arritmia cardíaca es una alteración del ritmo normal del corazón que puede manifestarse como latidos irregulares, demasiado rápidos o demasiado lentos. Esta condición afecta a millones de personas en todo el mundo y puede tener serias implicaciones para la salud cardiovascular si no se trata adecuadamente. En este artículo exploraremos qué es la arritmia, sus factores de riesgo, sus síntomas y las opciones de tratamiento.
La arritmia cardíaca es una condición en la que el corazón late de manera anormal, ya sea demasiado rápido (taquicardia), demasiado lento (bradicardia) o de forma irregular. Puede ocurrir debido a problemas con el sistema eléctrico del corazón o como resultado de enfermedades cardíacas subyacentes, trastornos metabólicos, consumo de sustancias o factores genéticos.
En seres humanos adultos, sanos y en reposo, la frecuencia cardíaca oscila entre los 60 y los 100 latidos por minuto. Cuando es inferior a 60, se habla de arritmia lenta o bradiarritmia. Cuando supera los 100, estamos frente a una arritmia rápida o taquiarritmia. Es completamente normal que la frecuencia cardíaca se acelere durante la actividad física y que disminuya durante el reposo o el sueño. También es normal sentir que el corazón se salta un latido en alguna ocasión. Pero un ritmo irregular que ocurre de manera frecuente puede significar que el corazón no está funcionando correctamente y que quizá no esté bombeando sangre suficiente al resto del cuerpo. Sin el tratamiento adecuado, la arritmia puede dañar el corazón, el cerebro y otros órganos, y llevar a complicaciones como la insuficiencia cardíaca, los accidentes cerebrovasculares y el paro cardiorrespiratorio.
En España, esta patología motiva el 16% de los ingresos hospitalarios y afecta a más del 1% de la población general y al 4% de los adultos mayores de 40 años, según datos de la Sociedad Española de Cardiología. Los expertos pronostican que la prevalencia de esta enfermedad se triplicará para el año 2050, a medida que aumenten la esperanza de vida y la media de edad en el país.
Varios factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar arritmias cardíacas, entre ellos:
Resulta evidente que algunos de estos factores de riesgo escapan al control del paciente. Por eso es vital combatir el problema a través de los que sí pueden modificarse, en especial los que tienen que ver con los hábitos personales y el estilo de vida.
Los síntomas de la arritmia varían según el tipo y la gravedad de la condición, pero pueden incluir:
Es importante tener en cuenta que algunas personas con arritmia pueden no experimentar síntomas, lo que hace que la condición sea más difícil de detectar. En muchos casos, estos trastornos del ritmo cardíaco no están asociados con un aumento de la mortalidad. Sin embargo, algunas arritmias asintomáticas sí se asocian con eventos adversos. Por ejemplo, un mayor riesgo de formación de trombos en el corazón y un mayor riesgo de transporte sanguíneo insuficiente hacia el corazón debido a latidos débiles. Otros riesgos incluyen la insuficiencia cardíaca, los accidentes cerebrovasculares e incluso la muerte súbita por paro cardiorrespiratorio.
El tratamiento de la arritmia depende del tipo y la gravedad de la condición, así como de los factores subyacentes que la causan. Las opciones de tratamiento pueden incluir:
Más allá de estos tratamientos farmacológicos o quirúrgicos, es importante abrazar un estilo de vida cardioprotector. Nuestros hábitos tienen un impacto directo en la salud cardiovascular y en la aparición de arritmias u otras enfermedades cardíacas. Adoptando hábitos saludables, como gestionar el estrés, seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, y moderar cuando no eliminar el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, podemos proteger la salud de nuestro corazón y reducir el riesgo de arritmia.
La arritmia cardíaca es una condición que afecta el ritmo normal del corazón, y puede generar preocupación y confusión entre quienes la padecen, así como sus seres queridos. En muchos casos es inofensiva, pero en otros puede provocar graves problemas de salud e incluso la muerte prematura. Es fundamental que cualquier persona que experimente síntomas de arritmia consulte de inmediato al cardiólogo para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados. La evaluación médica de la anomalía mediante un electrocardiograma es la mejor forma de diagnosticar y evaluar el riesgo de cualquier arritmia.
En el centro médico CIME de Las Palmas de Gran Canaria podemos ayudar. Contamos con un equipo de especialistas en Cardiología listo para contribuir a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la arritmia. No dude en ponerse en contacto con nosotros si busca expertos en esta enfermedad. Su salud es nuestra prioridad.